EL MÉTODO PASO A PASO PARA INVOCAR LA PRESENCIA
 


“¿Alguna vez os di un método paso a paso para invocar la presencia?” preguntó G.

“Nos dio el mantra ‘Yo deseo que esto sea utilizado para invocar la presencia de mi presencia al presente',” dijo T.

“Un mantra es inútil sin un método paso a paso para invocar la presencia,” dijo G. “‘Yo deseo invocar la presencia de mi presencia al presente' es inútil por sí solo. Para la invocación de la presencia, debe haber una base, un fundamento. No sucede simplemente por sí solo. Algo debe servir para alimentar a la invocación”.

“Primero, ‘Yo deseo...' establezco con firmeza que el ‘yo' se refiere a la fuente de mi atención y no al ‘yo' de la máquina”.

“En segundo lugar, debe haber siempre un ‘esto' en la invocación, que se refiere a algo de que la invocación pueda alimentarse. Uso mi aparato de percibir para iluminar, para mantener contacto con lo que denomino como ‘esto' en mi auto-invocación. Usando mi aparato de percibir como un proyector de luz de teatro, sigo, defino, encapsulo y revelo esta sustancia alimenticia a una parte de mi atención continua, para que en cualquier momento durante la invocación, sea consciente con mi aparato de percibir de lo que significa la palabra ‘esto'“.

“‘sea utilizado'... el resonante silencio de estas palabras, sé que cuando digo utilizado, ofrezco la sustancia alimenticia del mismo modo que colocaría la comida en un altar, no como la tradición contemporánea, en la cuál se quita el alimento precipitadamente para usarse en la cocina, sino en el sentido antiguo, en el cuál el sacerdote o sacerdotisa consumía el alimento sólo durante el descenso de la presencia invocada”. “‘Para la invocación de'... con mi aparato de percibir doy forma mentalmente a un embudo en el cuál yo estoy en el fondo tirando hacia abajo la presencia de mi presencia con una postura mental que se parece a la postura de los 4-2”.

“‘La presencia de mi presencia'... ¿por qué no simplemente mi presencia? Porque no es simplemente mi presencia la que es detectada por mi aparato de percibir, deseo invocar no sólo mi presencia sino la tangible presencia de mi presencia, el ambiente tangible, sus radiaciones, emanaciones y sabor psicológico, es decir, el nimbo o la Aureola, que desciende encima de mí, extendiéndose hacia fuera en todas direcciones como una esfera de luz viviente pulsativa”.

“‘Al presente'... pero ¿qué quiero decir con el presente? Rápidamente, sólo por un momento, evalúo lo que me rodea -la hora aproximada del día, el clima, la temperatura ambiental, las condiciones de luz, los sonidos, los olores, las sensaciones, la temperatura de la piel, la ubicación y postura del cuerpo...”

“Ahora reúno todo, repasando mentalmente lo que significa cada expresión de la frase mientras está sonando silenciosamente en el interior. Mientras hago sonar silenciosamente estas palabras, me aseguro de que las puedo oír, como si en realidad estuviera hablando, a veces incluso asustándome a mí mismo con la cercanía y la reverberación de esta voz interior. Si es necesario, hago sonar cada palabra separadamente, dejando que su reverberación disminuya un poco antes de hacer sonar la próxima palabra o expresión”.

“Después hago una pausa muy calladamente, como un cazador con arco en un charco esperando a su presa. Observo y escucho con mi aparato de percibir. ‘Pongo a examen' el ambiente buscando señales obvias de que mi presencia ha descendido, tomando nota detallada para ver que si el ‘esto' , a que se refiere en la invocación, ha sido o está siendo comido -absorbido”.

“Entonces compruebo si hay una sensación de limpieza descendiendo sobre y a través de mi ser orgánico, quitando- alimentándose de- cualquier estado negativo que está ocurriendo en el momento. Entonces compruebo si hay unas alteraciones sutiles en la visión, el oído, la percepción, el olfato, el sabor -todos los que deberían estar intensificados en algún grado ya sea pequeño o grande”.

“Entonces me pregunto, después de que hayan pasado unos minutos, si mi invocación ha tenido éxito. Y si no, reúno recursos y atención tan tangiblemente como si estuviera juntando grandes bolas de algodón en un montón alrededor de mi cuerpo, quizás hasta la altura de mi pecho, y vuelvo a intentarlo, esta vez quizás un poco más cuidadosamente, con más firmeza, quizás con un sentido más de invitación, incluso seductiva, exigente o imparcialmente, de la misma manera que podría probar distintas tonalidades de invitación con otra persona hasta que algo funcionara, dándote cuenta de que la misma entonación no funcionará en cada ocasión y rara vez funciona dos veces seguidas”.

“Si pienso en la presencia como una persona con quien intimo, rápidamente me doy cuenta de que no puedo mandarle, aunque sea con mi propio ser no-fenoménico con quien hablo. No obstante, algún día, mi presencia tendrá el hábito de descender y no necesitará engatusarse”.

“Periódicamente, reviso en detalle la lista entera de los indicadores que señalan la presencia de mi presencia. También, periódicamente reviso las posibles ofrendas en el altar de la auto-invocación -la comida, el baile, el trabajo manual, el remordimiento, el dolor, la enfermedad, la falta de atención, la torpeza, el descuido, la discusión, la frustración y su hermana gemela la impaciencia, mientras pasean alegremente mano a mano. Incluso la más pequeña actividad, tal como pasar a través de una puerta, a veces se puede usar para alimentar una invocación, aunque nada le gane a una escalera de color, signifique lo que signifique para ti”.

“Si como a menudo sucede, soy incapaz de despertar la negatividad necesaria en mí mismo, me cabreo con los otros, me mosqueo con ellos, les riño, y éstos con muy buenas ganas me complacen con la suficiente comida como para inundar de presencia a un ejército en cualquier momento dado del día”.

“En muchos casos, en realidad es necesario provocar esto; o de lo contrario, en el ambiente de la presencia, es decir, dentro de su esfera de influencia, prevalecería más o menos un estado perpetuo de auto-calma excepto, por supuesto, bajo las condiciones de una escuela, que implica un conjunto exacto de condiciones que hacen posible que ocurra todo esto sin la necesidad de una intervención personal, es decir, un procedimiento automático y auto-originado por impulso mecánico, compuesto de un dedo astral, que busca y se coloca en cualquier llaga que esté en la cercanía”.