RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS

(segunda parte)

 

EJ se dirigió hacia la parte de atrás de la habitación: “Dick, piensa en un problema que has estado intentando resolver recientemente, que en realidad sea identificable como un problema de la máquina. Sé específico”.

“Conseguir bastante dinero para pagar deudas,” enunció Dick lentamente con su suave acento sureño.

“Como resultado, ¿tu trabajo con la máquina como aparato de transformación se ha resentido? Y si así es, ¿cómo?”.

“Sí. Yo diría que se ha resentido,” contestó Dick. “Resta mucha energía ganar esa cantidad de dinero”.

“Por otro lado,” continuó EJ, “el pago de esas deudas ¿te preparará un lugar para trabajar de forma más intensa?”.

“Posiblemente,” dijo Dick.

“Esperemos que sí,” dijo EJ. “Tu meta es ganar el dinero suficiente en el futuro inmediato para comprar la libertad de trabajar más con la máquina como aparato de transformación. Mientras esa meta se sostiene, y mientras suceda realmente, haces lo correcto”.

“Pero, ¿qué pasa si te atropella un camión mañana?”, propuso EJ. “¿Entonces qué? Mira la solución en vista de ese evento. Nunca sabes si vas a estar vivo mañana. Tienes que usar el día de hoy. Ni siquiera puedes estar seguro de que vayas a estar vivo dentro de una hora, así que debes usar esta misma hora”.

“Si necesitas ganar dinero al mismo tiempo, debes encontrar una manera de conseguir que tus esfuerzos de ganar dinero sean ligeramente menos importantes que tu uso de la máquina como aparato de transformación, y de incluir tus esfuerzos transformadores en tu sustento -clavar, de forma invisible, estos esfuerzos de trabajo dentro de la vida ordinaria de la máquina. A decir verdad estás viviendo dos vidas, una visible y una invisible”.

“¿Qué es la transformación?”, preguntó Jim.

EJ se acomodó en su silla y echó una mirada sobre las treinta caras que se habían vuelto de forma atenta en su dirección, las mas treinta caras que había visto todas las noches durante al menos los últimos tres años. “He pasado un promedio de dieciocho horas al día definiéndola,” dijo, con una pizca de cansancio, a pesar de que a menudo nos había maravillado su enorme capacidad y paciencia.

“¿Qué pasará si me atropella un camión mañana?”, persistió Jim.

“Todos los que están aquí,” dijo EJ, “han escuchado esto, sin exageración, por lo menos mil veces, y deberían saber la respuesta a esa pregunta. Y si no, me gustaría saberlo”. Apoyó su cabeza en el cabezal de la silla y, cerrando los ojos, dirigió una pregunta tranquilamente al techo. “¿Puede alguien contestar la pregunta, ‘Qué es la transformación’?”.

“La transformación es llevar la máquina al estado de despertar y entonces transformarla para el Trabajo,” pretendió Menlo.

“No -no ‘llevar’- no paseamos la máquina como a un perro. Somos esenciales. Traemos la máquina hacia nosotros, al estado de despertar, donde puede transformarnos en algo que es capaz de trabajar en el Trabajo, al contrario de algo que no puede trabajar en el Trabajo”.

“¿El aparato de transformación es como un interfaz a través del cual funciona el yo esencial?”, preguntó Jim.

“No, no, no,” le corrigió EJ. “El yo esencial sufre un cambio que denominamos transformación, y en nuestro idioma a alguien que la ha sufrido le llamamos transformado, pero nada que tenga valor viene con facilidad”.

“Mi yo esencial, o lo que percibo de él, se parece a un niño recién nacido. ¿La transformación le da alguna destreza, alguna pericia?”, preguntó Jim.

“Tú, como un yo esencial, te estás preparando para el Trabajo,” explicó EJ. “La máquina no puede trabajar, y el yo esencial no puede trabajar mientras la máquina esté en estado de sueño o hasta que la máquina produzca la transformación del yo esencial”.

“¿Preferirías estar preocupado por los problemas de cuidar los niños, por ejemplo, o por los problemas relacionados con llevar la máquina al estado de despertar y usarla como aparato de transformación?”, preguntó EJ a Jim.

“Con llevar la máquina al estado de despertar,” contestó Jim rápidamente.

“De acuerdo,” asintió EJ, “pero todavía tienes los problemas de cuidar los niños. El secreto es no tratar de resolverlos. Simplemente cuida los niños lo mejor que puedas, de tal manera que ninguno se haga daño, se pierda o que algún animal salvaje se lo coma vivo. Atiende sus necesidades, aliméntalos a tiempo, no le des a nadie -ni a ti, ni a los niños ni a los padres- razón para arrepentirse de confiarte la tarea; pero no trates de resolver los problemas de cuidar los niños”.

“Al intentar resolver los problemas de cuidar los niños, pierdes tu trabajo, porque llegar a resoluciones requiere cierta cantidad de tiempo, energía y atención –justo la energía y atención necesarias para tu trabajo de transformación”.

“Es como si estuvieras sentado en una oficina con trabajo pendiente,” explicó EJ, “pero no te gusta esa oficina, así que cambias de ubicación a una oficina que crees que te gustaría más; pero en esa oficina sólo encuentras una clase diferente de trabajo; finalmente, y de forma inevitable, decides que no te gusta esa oficina tampoco, así que cambias de oficina de nuevo. Cada vez que cambias de oficina, estás obligado a volver a empezar desde abajo como si no hubieras hecho nada . . .”

“Definamos qué viniste a lograr aquí, a este mundo. Viniste aquí para aprender a usar la máquina biológica humana para la transformación del yo esencial hacia su evolución como sea necesaria para el Trabajo, para que el yo esencial pueda cumplir una función específica dentro del Trabajo”.

“La máquina biológica humana es un aparato químico, biológico, matemático y físico que opera primariamente en un nivel químico-biológico. Es una charca de agua salada -una solución electrolítica- contenida por la piel, sostenida por los huesos . . . no especialmente inteligente, ni funcional de manera objetiva; un ordenador de agua salada ambulante”.

“La base química del Trabajo tiene que ver con la preparación del yo esencial. Dentro de la máquina biológica humana ocurre una variedad de procesos químicos. Algunos de estos procesos son llamados por los alquitas evolutivos calcinación, disolución, separación, conjunción, putrefacción, solidificación, cibación, sublimación, fermentación, ensalzamiento, multiplicación y proyección”.

“Además, hay varios adelantamientos y retardaciones de estos procesos, porque no son aritméticamente lineales, sino geométricamente progresivos. Estas alteraciones no ocurren fuera de contexto, sino en relación directa y proporcional con la máquina bioquímica, que, de forma continua, está sufriendo ligeros cambios imprevisibles -es decir, cambios que son predecibles sólo dentro de unos límites amplios, pero no con detalles específicos”.

“Como ordenador ambulante de agua salada, tu vida dentro de la máquina es capaz de ser programada; pero sólo en el sentido de que lo que le sucede a la máquina en su vida depende del enfoque del yo esencial”.

“Si la atención del yo esencial está concentrada en los problemas de la máquina, sucederán un conjunto de circunstancias, y se obtendrá un conjunto de resultados; y de forma inversa, si la atención del yo esencial está concentrada en la transformación hacia llegar a ser una necesidad dentro del Trabajo, entonces el Trabajo, de algún modo, mediante el control de coincidencias, arreglará tu transformación, y al mismo tiempo, la vida de la máquina cambiará, remontándose directamente al momento de la concepción. En este sentido, la vida pasada de la máquina se altera de forma retroactiva para acomodar su función como aparato de transformación, tomando la vida como un evento en conjunto y no fragmentario”.

“Claro está, tu trabajo de preparación para el Trabajo todavía es necesario incluso en vista de esto, porque sin la base química y psico-emocional, todos tus esfuerzos hacia la transformación serán como si no fueran nada”.

“Igual que en la huerta, muchos factores diferentes maquinan para producir una planta viva y próspera. No se puede esperar que las semillas germinen sin agua y tierra, y mientras la planta crece, requiere nutrimento. Todos los ingredientes necesarios trabajan juntos para producir una planta sana. Sin esta cooperación de los muchos factores, sin importar cuán importante pueda parecer cada uno por sí solo, cualquier factor aislado no vale nada para la producción de la vida próspera de la planta”.

Jim preguntó: “¿Se desarrollan algunos de estos mos ingredientes dentro de la máquina biológica, o éste es otro asunto?”.

“El término ‘ingredientes’ es usado aquí para significar diferentes elementos de trabajo sobre uno mismo,” explicó EJ. “Por ejemplo, trabajar sobre sí mismo de varias maneras proporciona un medio de cultivo -la tierra fértil. Ciertas estrategias para llevar la máquina al estado de despertar proporcionan la receptividad necesaria para los nutrimientos evolutivos”.

“Sin embargo, la semilla podría quedarse durmiente en el suelo y morir, a no ser que ocurra un choque, o una serie de choques, que inspiran el proceso de germinación”.

“Si la atención del yo esencial está concentrada casi totalmente en el trabajo y en la transformación, sucederán eventos que de forma natural producirán los fundamentos químicos, psicológicos, emocionales y físicos de la transformación hacia el Trabajo”.

“De algún modo, los eventos tienden a arreglarse, impulsándote a través de una serie de incidentes que obran hacia tu transformación, si es que la transformación es realmente lo que necesitas y de verdad vales para el Trabajo”.

“¿El valor que uno tiene para el Trabajo tiene algo que ver con las habilidades o los hábitos de la máquina?”, preguntó Rosa.

“No tiene nada que ver con cualquier cosa de que tú sepas de forma ordinaria,” dijo EJ. “Un eslabón en una cadena puede o no saber qué clase de eslabón es, o a qué función podría servir; sin embargo, esto no impide su funcionamiento adecuado”.

“¿Pero, cómo puedes considerar estudiar el Trabajo con tu condición actual?”, le preguntó EJ a ella. La contempló con una expresión perpleja. “No puedes estudiar el Trabajo con una máquina dormida”.

“¿Podemos prepararnos para el Trabajo?”, le preguntó ella.

“No de forma directa, no como te prepararías para la prueba de levantar pesos en los Juegos Olímpicos, no . . . pero podemos hacernos tan indispensables para el Trabajo, incluso ahora, en el sueño, que el Trabajo se ve obligado a causar nuestra transformación . . . con tal que preparemos el suelo, sembremos las semillas, añadamos el nutrimento, reguemos de forma regular, y que de forma constante cuidemos y cultivemos la huerta como sea necesario. Esto más o menos describe el proceso de lo que se llama el trabajo sobre uno mismo”.

“Al mismo tiempo, al trabajar sobre nosotros mos de esta manera y concentrarnos en el Trabajo, incluso aunque no podamos precisamente verlo de forma directa, ‘aprendemos el negocio’, logrando para nosotros un puesto de trabajo a lo largo de un periodo de tiempo suficiente”.

“Si la atención del yo esencial está concentrada principalmente en los problemas que tiene la máquina con su entorno, entonces el yo esencial será atraído de forma inexorable hacia estos sucesos y conflictos mecánicos de la vida de la máquina”.

“Es la atención del yo esencial la que produce las reacciones químicas y emocionales -rara vez alquímicas y evolutivas- dentro de la máquina”.

“Piensa en la máquina como en un frasco, dentro del cual ocurren reacciones diferentes cuando varias sustancias químicas reactivas son añadidas o restadas. En este sentido, la emoción sirve para gobernar la intensidad, como el calor lo gobernaría en un laboratorio, y el estrés sirve la función catalítica. Otras funciones son iniciadas y gobernadas por centros y aparatos superiores, siempre que hayan sido despertados”.

“Mientras permanezcamos inmersos en los problemas que la máquina tiene con la vida, estos sucesos químicamente reactivos no se producirán. Cuando los conflictos de la vida de la máquina son continuamente resueltos- llevados a un estacionamiento -no entraremos en esas cámaras en las que algo está sucediendo aparte de lo que corresponde directamente a la vida de la máquina”.

“Si quieres resolver los problemas de la máquina, puedes hacer que tu vida realmente sea muy agradable; pero te obligará a coger un camino muy distinto al del Trabajo . . . el camino de la vida de la máquina”.

“Por otro lado, puedes elegir concentrarte en los problemas del yo esencial; de este modo tu vida puede convertirse en una matriz evolutiva . . . una serie de eventos que producen reacciones químicas, físicas, biológicas, mentales y emocionales concretas, que a su vez podrían producir la transformación”.

“Puede que no entiendas el proceso; pero no hace falta que lo entiendas. Todo lo que tienes que hacer es pasar por él, aprender a trabajar, si es posible, y no hacerte daño a ti ni a los demás durante el proceso. Transmite lo que has aprendido; pero sólo después de que tú entiendas lo que te ha ocurrido, y con mucha firmeza rechaza en ti esa primera tendencia después de tu transformación de reunir gente a tu alrededor para tocar tu túnica. Para ayudar a otra persona a lograr la misma cosa, primero debes entender qué ha sucedido y cómo sucedió”.

“Es inevitable que la máquina padezca cierta cantidad de sufrimiento si vamos a producir los efectos evolutivos. Muchas veces, llegará a ser necesario coger una dirección que no tiene sentido desde el punto de vista de la máquina”.

“Podemos tener lo que quiere la máquina, o bien lo que quiere el yo esencial. Nunca podemos tener los dos a la vez. Nunca, jamás”.

“Si te preguntas por qué, lee en el libro La Máquina Biológica Humana como Aparato de Transformación lo relativo al mecanismo de defensa de la máquina, el crónico, y verás de forma inmediata por qué nunca podemos tener tanto lo que quiere la máquina como lo que quiere el yo esencial”.

“El yo esencial debe concentrar su atención en su propia necesidad con la máquina y dejar que la vida de la máquina acabe donde sea. En algún momento, debes tomar esta decisión y realmente tomarla como un voto”.

“Tu camino cogerá los giros que sean necesarios para lograr tu transformación hacia el Trabajo, y mi trabajo contigo -que es algo aparte de mi trabajo, pero una obligación que he aceptado como resultado de mi lugar en el Trabajo- es procurar que esto te ocurra a ti y para ti. Tu estancia dentro de la comunidad es tu manera de decir, ‘Puede darme . . . lo que sea necesario’ ”.

“Tu presencia continua en esta comunidad es consentimiento implícito”.

“Debes preguntarte, ¿Realmente lo quieres? ¿Estás dispuesto a estar en el Trabajo? ¿Estás dispuesto a trabajar para estar en el Trabajo? Y si lo estás, ¿estás dispuesto a sufrir el proceso algo desagradable de la transformación para estar en el Trabajo? . . . no para tus propias propósitos, no para tu propio ser, no para tu propio beneficio, y no necesariamente para tu satisfacción, placer, diversión, felicidad o cualquier meta personal que puedas tener para ti mismo?”.

“Si esto es lo que quieres sinceramente, entonces debes darte cuenta de que tu vida no va a ser la vida de la máquina, sino la vida del yo esencial, y que la máquina será una herramienta específica y exacta para usar de forma casi exclusiva en el proceso de la transformación hacia el Trabajo, y no como aparato de placer para tu perpetua diversión”.

“Nos enfrentamos con una fecha límite muy real, y aunque todo el mundo tenga una fecha límite diferente, el nivel de realización dentro del periodo dado es, subjetivamente, lo mismo”.

“Para cuando escuchas esta charla, no te queda mucho tiempo para realizar tu trabajo de transformación hacia el Trabajo, y recuerda que después de la transformación todavía hay mucho más que lograr”.

“Si empiezas a mirar tu situación desde el punto de vista del yo esencial, verás tu entorno y tu situación de forma muy distinta. Ya no pensarás en ti mismo como un ser humano, y las preocupaciones y deseos primates de la máquina se desconcharán”.

“Si entiendes lo que acabo de decir, habrá sólo un tema de conversación en esta comunidad desde ahora y en adelante: ‘¿Cómo vamos a conseguir que estas malditas máquinas entren en el estado de despertar? ¿Cómo vamos a activarlas como aparatos de transformación? Ésta es la clase de cotilleo y conversación que espero escuchar . . . y no unas máquinas parloteando de forma interminable con sus consideraciones y preferencias insignificantes . . . ¡escuchemos un poco de cotilleo del yo esencial! ”.