Introducción
 
El "yo" corresponde a un grado de Evolución. Mientras aumenta éste, el cuerpo correspondiente del hombre cambia.
 

El "yo", que es el ser esencial con una parcial o plenamente desarrollada voluntad de presencia y atención, corresponde a, y puede ser expresado formalmente como un grado de Evolución. Existen veintiún grados de Evolución. Tres de éstos nunca pueden ser alcanzados tal y como somos o como podemos llegar a ser: el Absoluto, la Triplicidad -Metatrón, Sandalfón y Shekinah- y los Arcángeles, los Guardianes del Trono sentados alrededor de él.

Para el hombre, o hablando con más exactitud, para lo que puede llegar a ser, son posibles dieciocho grados.

El hombre es creado a imagen de Dios; a medida que prospere en la gradación de Evolución, su cuerpo correspondiente cambiará en consecuencia, y así, el grado orgánico de Evolución -o el idiota ordinario- tiene un cuerpo ordinario, ya sea con centro de gravedad en el centro motor-instintivo, emocional o mental.

Para el hombre hay siete posibles cuerpos. A medida que cambia el grado de Evolución, se encuentran disponibles más cuerpos, pero sus correspondientes ya no pueden llamarse "hombre"; entramos entonces en la categoría llamada ente. En el punto actual de nuestra evolución, no nos preocupan los grados de Evolución muy elevados.

Primero, cada formación de evolución nueva tiene que pasar por la desintegración de la anterior; se puede decir que cada nuevo grado de Evolución es una resurrección que nace de la semilla de uno anterior. Claro está, cada muerte y resurrección tiene su precio. La muerte de cada "yo" proporciona el fertilizante para una nueva resurrección.

La fuerza conciliadora de todo esto, es decir, la unión de la nueva formación del "yo" y la nueva formación morfológica del cuerpo, se llama hijo. Por ejemplo, Hijo del Hombre. Que sepamos, Hijo de Dios no puede existir, porque el hijo es siempre superior a los padres.

Al contrario que en la mayoría de la vida orgánica, en el Mundo real el hijo no puede nacer mientras vivan los padres. En el Mundo Real uno no puede conocer directamente a la madre y al padre, pero sí puede deducir su existencia y sentir gratitud por su muerte voluntaria.