Douglas Truth, No me acuerdo a cómo se parecía el otro, lo siento, 1997, acrílico en madera.

Ir al Picnic

Éranse una vez unas hormigas, las cuales, en sus viajes, por total casualidad, se toparon con un enorme picnic de toda la gente que pertenecía a la iglesia de su pueblo, un sitio modesto, situado en las montañas, y que contaba con unos dos mil y quinientos habitantes, dos mil cuatrocientos de los cuales estaban en este picnic; los demás eran o judíos o devotos de una secta dedicada al diablo o algo así.

De repente empezó a llover muy fuerte y todos se levantaron y salieron corriendo para sus casas en el pueblo, sin ni siquiera recoger sus cestas de comida y bebida. De modo que había por todas partes pasteles de todos los sabores: de chocolate, de vainilla . . . helados de todo tipo, fruta madura y hasta podrida, bocadillos de todas las clases . . . etc . . . etc . . .

De modo que estas hormigas tropezaron con 2400 cestas de comida en este campo en el medio de la nada. Había más comida de la que jamás podían imaginar. De hecho, había suficiente comida como para durarles tres o cuatro trillones de años. Tomaron nota de dónde estaban y también recordando el camino que habían tomado desde el hormiguero, apuntaron todos los detalles. Con mucho cuidado lo escribieron en un cacho de hoja de un árbol y la llevaron de vuelta a casa y sirvió como un mapa.

Cuando llegaron de vuelta, estaban muy emocionadas. Todas las otras hormigas se juntaban y las hormigas hicieron un pequeño baile de hormigas y después le presentaron el mapa a la reina que estaba de acuerdo en que indudablemente era un mapa importante y un descubrimiento importante. De modo que el consejo de las hormigas se reunieron e intentaron decidir qué hacer. Había varios puntos de vista pero básicamente todas estaban de acuerdo en que era un mapa muy importante

Llevaron el mapa a la cámara mas importante y lo colocaron en un muro. Los sabios venerables hablaban entre ellos cosas y temas relacionados con el mapa, qué podría significar el mapa, de dónde podría haber venido la comida de esas cestas tan enormes, y cuál era la relación del mapa con las cestas de comida. Querían que las hormigas que habían estado allí señalaran en el mapa la localización de cada cesta y describieran las cestas con total detalle y cosas así, algo que hicieron.

Esto no tenía la misma importancia que el mapa, pero sin embargo era importante, así que hicieron una lista de todas las cestas y su contenido y esto llegó a ser el estudio asociado. Generación tras generación pasó y cada generación de hormigas, cuando pasaban a ser adultos, su iniciación consistía en ser llevados a la cámara donde estaba el mapa y se les mostraba el mapa y las descripciones de las cestas del picnic y ellos pasarían el resto de sus vidas estudiándolo.

Esto seguía generación tras generación. Pasaba año tras año. Pasaban siglos y periódicamente copiaban el mapa en una hoja fresca, porque después de todo, las hojas se pudren con el tiempo. Por supuesto, inevitablemente unos errores entraron en el mapa mientras pasaba de hoja a hoja y mientras pasaban las generaciones; pero este hecho no tenía mucha importancia, porque de todos modos, en realidad, nunca tenían la intención de ir al picnic: sólo querían que el mapa fuese un objeto de reverencia y de devoción.