E.J. Gold, Ciudad en el Cielo

La Transformación

Somos lo que somos debido a una afinidad eléctrica entre nuestro yo esencial y el particular campo eléctrico de nuestra máquina biológica. En lo esencial, esto es lo que significa la palabra "karma".

La base, la prea más profunda del Trabajo, es que la máquina biológica humana puede proporcionar la transformación al yo esencial. Si no pudiera hacerlo, entonces ¿qué diablos estaríamos en ella?

La respuesta auténtica a esta pregunta es que realmente no estamos EN ella en absoluto. Si estuviéramos completamente en ella, entonces efectivamente actuaría como un aparato de transformación. La mayoría de la gente piensa en la máquina como en una forma tridimensional. No lo es. Es un túnel evolutivo de cuatro dimensiones a través de la Creación, algo que se han olvidado contarnos cuando éramos jóvenes, y todos nuestros maestros estaban muy ocupados con llenar nuestras cabezas con otros datos inútiles.

Algo entra en un extremo de la máquina, y sale del otro extremo como algo totalmente diferente. La materia prima entra en la fábrica, pasa por una serie de procesos, en realidad algo no muy importante; pero por el otro extremo sale de la fábrica como algo totalmente cambiado. Igual que una fábrica, donde en un extremo metemos algún sub-producto del petróleo ,y un chaleco totalmente formado sale por el otro extremo, después de haber pasado por varios procesos de transformación.

De modo que la máquina biológica humana es un objeto de tres dimensiones; pero a la vez es un pasillo de cuatro dimensiones, una fábrica, en la cual en un extremo un producto crudo, el alma sin formarse aún, entra, pasa por una serie de procesos de transformación, y sale otra vez por el otro lado, un producto acabado, si la fábrica es funcional.

El propósito de trabajar sobre nosotros mos es llevar a la fábrica a este estado funcional. La mayoría de las fábricas están apagadas. No funcionan, así que la materia prima entra por un extremo y sale por otro completamente inalterada. La máquina biológica humana existe literalmente como una fábrica para la transformación del alma. De modo que, si te preguntan qué haces aquí, ya lo sabes.

Es un verdadero pecado no encender la fábrica y hacer que sea operativa.

La máquina biológica humana es en realidad un pasillo, un túnel a través de la Creación y la travesía por este túnel es lo que crea la ilusión del tiempo y espacio. Una serie de acontecimientos no es el tiempo, y no debería proporcionar un sentido de tiempo. Cada acontecimiento tiene que ser aislado en sí, algo que podríamos hacer si estuviéramos auténticamente presentes en el presente. No hay paso del tiempo en el acontecimiento mismo. La ilusión del tiempo se produce pasando de un acontecimiento a otro. Cada momento es sólo momentáneo. Si somos capaces de cambiar nuestra visión del tiempo, cada acontecimiento se extiende a casi una dimensión infinita. Cuando se acelera la consciencia, el tiempo se ralentiza; las cosas parecen moverse más lentamente que lo normal. El auténtico amor sólo es posible a la velocidad de la luz.

Las actividades de la máquina y su camino a través de la Creación son congelados completamente: ninguna cosa puede ser cambiada. La Creación misma es también inalterable porque la máquina es el camino. La máquina no está siguiendo un camino, la máquina ES el camino. ¿Cómo podrías coger otro camino? Tú eres el camino de la máquina. Las actividades de la máquina desde el nacimiento a la muerte son un camino. La máquina no puede cambiar. Está encerrada.

Imagínate atravesando un ventisquero de 10 metros de altura. Tú pasas por él. Vale. Ahora das la vuelta y miras hacia atrás al camino que acabas de hacer. Eso, lo que estás viendo es la máquina humana, no lo que ha hecho la travesía. Lo que hizo la travesía es el alma, el yo esencial. La manera en la que tú conseguiste llegar de un lado al otro, ésa es la máquina. La máquina es hueca, no es sólida. Es un camino. Esta es la visión de cuatro dimensiones de la máquina biológica humana. En tres dimensiones la verás el camino, quizás incluso piensas en cambiar el camino. Pero no puedes. Ese es el camino por el que la máquina fue diseñada para coger, el que siempre coge. A decir verdad tú viste el camino y su resultado evolutivo antes de que siquiera entraras en el camino; viste el producto que podría rendir.

Pero la máquina también le da al alma su propia forma única. Lo que va pasando es que tú, el yo real, el yo esencial, has asumido la forma de la máquina. Mientras tú caminas por este camino asumes poco a poco la forma. El yo esencial ha asumido, no sólo la forma, sino también todas las implicaciones psicológicas, todas las actitudes, los hábitos, las actividades, los propósitos y objetivos de un hombre. Si la fábrica fuese operativa, saldrías--saliste--sin hábitos orgánicos; pero con la forma de un hombre. Fuiste capaz de estar en el mundo pero de no ser del mundo.

No permaneces con la forma de un hombre para siempre. Si la fábrica ha sido encendida durante la experiencia de ser un hombre, entonces la experiencia puede ser usada. Mientras eres un hombre tienes conocimientos; pero si la máquina no es operativa como un instrumento de transformación, estos conocimientos mueren cuando recobras tu forma real; el yo esencial es un amorfo burujo sin forma, que puede asumir cualquier forma. Si la máquina estuviera encendida, todos los conocimientos acumulados permanecerían--permanecen--en una forma especial llamada "el entender".

Si la fuerza eléctrica de transformación "arraiga" dentro de nosotros, nos cambia, nos transforma, así que quedamos con los conocimientos y los atributos; nunca se nos olvidará lo que era ser un hombre, pero esto sólo pasa si pasábamos por algo que estaba vivo, algo que estaba viviente, algo que tenía un efecto eléctrico sobre nosotros. Si pasábamos por algo muerto, algo frío, algo sin vida y oscura, nunca agarra, porque está ausente el efecto eléctrico.

Así que el yo esencial asume los atributos de la máquina, incluso en una máquina sin vida; pero cuando salgamos, no ha ocurrido nada al alma, entonces no ha tenido lugar ninguna transformación y ningunos conocimientos son transferidos eléctricamente al yo esencial. Si ha pasado por algo vivo, nunca perderá lo que ha ganado.

Así que, ¿qué es exactamente lo que está siendo cambiado? ¿Qué está siendo transformado? No la máquina. Eres TÚ el que está siendo cambiado. La máquina es la fábrica, no se puede cambiar. Se cambia la materia prima que entra en la fábrica, no la fábrica. Hay muchos, que por su descontento, desean más cambiar la máquina y sus manifestaciones, y hay muchas ofertas, anuncios e incluso caminos "espirituales" para hacer exactamente esto. O sea, la mayoría de la gente trabaja para cambiar sus máquinas, para realzar el efecto que tienen sobre los demás. Por otro lado, es la máquina misma la que nos puede cambiar a nosotros. Es decir, nosotros que pasamos por este camino de la auténtica transformación, en cambio, trabajamos para ser cambiados por la máquina.

Una cosa es imposible, la otra posible. Una es inútil, la otra útil. Una muere en el momento de la muerte, la otra vive para siempre. La máquina humana morirá en el sentido de que nosotros saldremos de la máquina, saldremos por el otro extremo, el ano de la máquina; pero el efecto de la máquina vivirá con nosotros, debido a que la energía nos ha formado, nos ha dado forma, la experiencia no morirá. El truco es encender la máquina.

Sólo hay una pregunta real:
¿Está operativa la fábrica o no?